La religión del Asado
Una creencia y un ritual que pocos entienden
Uno nace con un asado entre los
dientes y no con un pan bajo el brazo, como dice el dicho. Así es en Argentina
y en casi todo el mundo parrillero. Este acontecimiento no puede faltar en
algún evento, como un cumpleaños o hasta en Navidad, o simplemente por
tradición. Yo recuerdo de chico, los asados que hacia mi tío para unas 15 o 20
personas todos los domingos, religiosamente con un amor y un cariño a los
fuegos como hasta ahora nunca vi a alguien.
Les hablo del gran Pepe,
originario de Dolores, pero que desde hace mucho ya vive en Mar del Plata. Él
empezaba el día anterior comprando el asado e ideando el menú. El domingo
temprano, prendía el fuego, cocinaba, charlaba, degustaba y, luego del agasajo,
recibía el aplauso de pie de todos los invitados. ¡Un grande de la parrilla que
nos enseñó esta tradición!, pero, como contaba él: comprar la carne, elegir los
cortes que se van a asar, con qué se va acompañar, leña o carbón, el aperitivo,
etc, son varias de las cosas que están alrededor de este ritual y temas que
llevan a grandes debates.
Toda decisión forma parte de un
plan perfecto que empieza por lo más importante: decidir el corte de carne, qué
se va a comprar y en dónde, ya que no cualquier carnicería tiene la medalla de
oro al sabor, textura y calidad carnívora. También, el mejor lugar, dependerá
del bolsillo de cada uno. Luego sigue el maridaje: ya sea un vino, un aperitivo
como el fernet y el gancia, y/o una cerveza, que son los elegidos por aquel
artista que estará al sol con el carbón, ensuciándose y sudando, ya sea por
recibir “un aplauso para el asador” o un simple pero sentido “te quedó rico”.
Tampoco podemos olvidarnos del acompañamiento
infaltable del buen asado: la ensalada mixta, papa con huevo o alguna
combinación más moderna. La ensalada y el helado para el postre, junto con unas
ricas masas finas o pastelitos, son complementos importantes que algún invitado
trae de su casa.
Ya instalado, de local o de visitante,
lo más importante como parrillero es prender el fuego, que dará el glorioso
resultado de gritar: ¡ya prendióóó!, cuando, a través del papel, madera, carbón
o leña, se genera esa reacción de las llamas que se mantienen y los carbones se
empiezan a prender y ponerse blancos de apoco.
Cada maestro parrillero tiene su
librito o técnica. A mí me gusta el famoso “volcán de carbón” y hay otros que
prefieren “el colchón de carbón”, o ayudarse con alguna madera, algún líquido
de los que se venden en el supermercado, o como lo hacía mi papá: con una
cajita de cartón, diario, carbón y la grasa acumulada del último asado.
El momento más tenso de esto, es
cuando la gente empieza a decir que tiene hambre o preguntan a cada rato “¿ya está?”
o, peor aún, cuando se acercan y ¡quieren meter mano al asador! Ese tipo de
gente es la mayor interrupción de paz para el excelentísimo puesto de parrillero,
esa gente no entiende el ritual y la conexión del parrillero con el asador. Pero
bueno, no es cuestión de enojarse, me tomo un fernecito, respiro un poco del
humo y “ommm” paciencia; eso es la parrilla muchas veces, paciencia a que
prenda el carbón, paciencia a cocinar la carne y todo para que luego en 10
minutos se coman todo el trabajo de horas y esfuerzo. ¡Pero mayor placer y
satisfacción no puede haber!
¿Carbón o leña?, la leña es más
manejable y más pareja; el carbón te ensucia las manos. La leña da un mejor
sabor y es más fácil prenderla, por lo general el carbón es más económico. Cada
uno tendrá su favorito…
Ya para ir concluyendo este
primer artículo parrillero, uno de los errores más comunes es no esperar a que
esté bien prendido el fuego, recuerden “ommm”, y uno de los mayores pecados
parrilleros es quemar la carne o el producto, por bajar demasiado la parrilla por
miedo a que se apague el fuego y que la brasa no alcance a cocinar la carne.
Un segundo pecado de un asador
novato o primerizo es cortar la carne para ver si está jugosa o cocida, ya que
al cortarla hace que se drenen los jugos y quede como suela de zapato.
El mundo parrillero tiene varios
capítulos, así que seguiremos más adelante.
Chef Caruga
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