México es tierra del café, pero en un futuro una tradición para compartir, el mate, bebida nacional Argentina
En el mundo actual donde el tiempo se va como agua, sentarse a tomar un mate y charlar con un amigo es un oasis, dentro de tanto caos. Mi vida corre en Puebla, México, lugar donde abunda el café entre las infusiones más consumidas.
Acá en “Dos Piantaos cocina artesanal argentina” se puede conseguir todo lo necesario para tomarlo, el mismísimo mate, la bombilla o popote como le dicen los mexicanos, la necesaria yerba mate nunca nombrada solamente “yerba” para no sorprender a nadie, y hasta un utensilio para limpiar la bombilla, pasando por los libros del mate para fanáticos exagerados.
Se utilizan las hojas de un arbusto pequeño, una planta originaria de las cuencas de los ríos del noreste argentino. Eso es lo que les cuento cuando me preguntan qué es la yerba mate, pensando siempre por primera vez al escuchar yerba, que vendo y fomento la marihuana. Estas plantas previamente secadas, cortadas y molidas forman la yerba mate, la cual tiene sabor amargo debido a los taninos de sus hojas.
Otra pregunta recurrente entre el público mexicano es saber sus propiedades, a la que les cuento que como sucede con el té, el café o el chocolate, el mate posee un efecto estimulante debido a la mateína que contiene. Además de contener vitamina C, bajar el colesterol, quitar el apetito, y mil cosas más que hacen que la gente piense que es la solución a todos los problemas o entender porque Messi sube tantas fotos a sus redes sociales con el mate y hace tantos goles en el Barcelona.
Como las otras infusiones mencionadas, el mate tiene cierta acidez, razón por la que muchas veces se le añaden, en escasas proporciones, otras hierbas que logran neutralizar la acidez como también compensar el ligero efecto estimulante de la mateína.
Aquí suelo vender yerbas saborizadas con naranja, pomelo, menta o hasta el máximo insulto para los tradicionalistas materos como lo son sabores de frutos del bosque o tropicales. Estas yerbas con sabores conocidos son el anzuelo necesario que se le otorga a la gente que nunca lo probó para que le sea una agradable experiencia, y en mi opinión nunca darle un tradicional, fuerte y amargo mate argentino, que provocaría que raramente regrese a mi local.
Tradicionalmente, el mate se bebe caliente mediante un sorbete denominado bombilla colocado en un recipiente. En las zonas calurosas de argentina, se toma una versión fría llamada tereré que puede ser con agua sabor pomelo o limón.
Los conquistadores que veían a los nativos tomarlo, tenían la creencia de que el mate era una hierba del demonio por desconocer su práctica. Sostenían además que era una bebida de haraganes, ya que los nativos dedicaban varias horas por día a este rito, circunstancia que se sigue manteniendo en la actualidad, ya que uno pasa gran parte del día tomando mate, pero mientras lee, cocina o mira televisión.
En Argentina es muy común tomar mate en los viajes; a su vez, es usual ver a la gente tomando mate en plazas o parques. Cabe aclarar que no suele ser una bebida de consumo individual, sino que es costumbre compartirlo entre conocidos o no. Motivo que también genera asombro y un poco de rechazo al principio acá en México, ya que piensan que cada uno tiene el suyo y no lo comparte ni con la novia.
En mi experiencia matera en México, no ha dejado de sorprenderme el interés mexicano por esta linda, rica, y saludable tradición sudamericana. La gente lo conoce y lo consume por varios motivos, esos son ver jugadores de fútbol argentinos en la liga mexicana consumiéndolo, ya que es abundante la cantidad de argentinos que militan en las ligas, otro motivo típico es por haber vivido en Argentina o ir de turista, o la más escuchada por mí en el negocio, por tener un novia o novio argentino.
En mi argentina natal tomar mate es algo tan normal como ir al baño, lo podes compartir con los gomias (amigos), con la vieja (madre), en la lleca( calle), idioma coloquial que a veces utilizamos los argentos.
En la plaza o donde sea, en verano o invierno, calor o frio, cualquier lugar es apto para beberlo. Dicen que con un mate de por medio, se curan grandes enojos.
Yerba más fina, más popular, más amarga, al mate le calza cada uno a su forma de ser o de sentir la vida, a unos los pone enérgicos, a otros los relaja y hay hasta algunos como yo que me inspiran.
Intento día tras día de transmitir a mis clientes y amigos el amor por el mate, la tradición y la costumbre y lo más importante poder armar una increíble charla llena de experiencias que te suman o de gran cantidad de sonrisas, como si fuera el grato momento de charlar con una copa de vino de por medio.
“Con las botas y el mate, estoy de remate”, me voy por unos verdes…
Rodrigo Carugati
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